



¿En qué piensas princesa, mientras me miras? Déjame adivinarlo, a buen seguro que una corte de mariposas de colores, de mariquitas, de saltamontes, de un montón de bichitos de entre las hojas; todos saldrán en tropel a darte los buenos días. Las margaritas, después de que tú sembrarás sólo una, no pudieron resistir la tentación de verte y crecieron por doquier, vestidas de un naranja subido, ni qué decir tiene de los pensamientos morados, de las violas amarillas..., y del mirlo que se planta cerca de tu ventana, como diciéndote: "Venga, venga, date prisa, ha llegado el día"; todos ellos y muchos más te esperan fuera. Pero sin duda, princesa, lo mejor de lo mejor lo llevas bien guardado dentro de ti, ¡A qué si!
Ensueño Cualquier noche de estas, me meteré en tus sueños, cuando estés abandonada al cansancio, poseída por Morfeo. Cualquier noche, sin que te des cuenta, recorreré las habitaciones y los bosques enmarañados de malezas, las estancias entregadas a la inconsciencia y me sentaré un rato a ver como miras a las estrellas desde ahí adentro. Cualquier noche, cuando menos te lo esperes, susurraré en tu oído como si fuera una caracola y te hablaré del mar sin palabras; haré que me siga un ejército de caballitos de mar y seguro que sentirás los cantos de las sirenas Cualquier mañana, antes de lo que te imaginas, verás el mar, sí, el mar turquesa intenso, con su olor a yodo, y estarás en la playa desierta, y llorarás, pero esta vez, de alegría. Cualquier día...